Mientras la energía renovable no mejore su almacenamiento, el gas natural será el principal generador de electricidad

Manuel Nofuentes Caballero, Director de la División de Gas de Villar Mir Energía, nuevo Académico Correspondiente de la RADE

Mientras la energía renovable no mejore su almacenamiento, el gas natural será el principal generador de electricidad

En los próximos años, generar energía eléctrica seguirá siendo el principal destino del gas natural, cuya modalidad licuada (GNL) será la de mayor crecimiento porcentual, hasta que existan sistemas de almacenamiento de energía renovable competitivos, por su menor efecto contaminante en forma de dióxido de carbono, dióxido de azufre, óxidos de nitrógeno y partículas de carbón y otros derivados del petróleo, manifestó Manuel Nofuentes Caballero en su discurso de toma de posesión como Académico Correspondiente de la Sección de Ingeniería, de la Real Academia de Doctores de España (RADE), durante un acto presidido por el titular de la corporación, Jesús Álvarez Fernández-Represa, acompañado del Secretario General, Emilio de Diego García, y la Académica Correspondiente de la Sección Ciencias Experimentales, María del Carmen Clemente. José Luis Díaz Fernández, Académico de Número de la misma sección que el recipiendario, se encargó de su presentación.

Doctor ingeniero de Minas y Energía por la Universidad Politécnica de Madrid, Nofuentes ha ejercido su labor profesional durante más de veinte años en las principales empresas del sector energético mundial, como Iberdrola, ENEL y E.ON y, en la actualidad, es Director de la División de Gas de Villar Mir Energía. Tras explicar que el gas natural (GN) es un combustible fósil compuesto por hidrocarburos procedentes de materia orgánica, principalmente metano, expuso las diferencias entre un yacimiento convencional, en el que el GN está atrapado en una estructura de roca sedimentaria porosa limitada por una capa de roca impermeable que le impide escapar, y los yacimientos no convencionales, en los que se acumula en capas sedimentarias de baja permeabilidad que lo atrapan.

El GNL, continuó, se consigue enfriando el GN a menos 161 grados centígrados para licuar el metano. Su volumen en líquido se reduce unas 600 veces en relación al estado gaseoso, lo que permite almacenarlo y transportarlo a presión atmosférica normal. Las noticias más antiguas sobre emanaciones de gas se remontan a más de tres mil años en Grecia, India o Persia, entre otras zonas. Su primer aprovechamiento conocido está documentado en China, donde se usó para hervir agua de mar y obtener sal 500 años antes de Cristo. A finales del siglo XVIII se empezó a experimentar el uso de gas de síntesis, obtenido a partir del carbón, para iluminar ciudades como Birmingham (Reino Unido), en 1802, y Baltimore (EE.UU.), en 1816. Los primeros yacimientos de GN se descubrieron en el estado de Nueva York, en los años 20 del XIX, y se fundaron las primeras empresas gasistas. En 1880 se creó la primera red de transporte de gas utilizando sistemas de compresión, y en la segunda mitad del XIX se establecieron los procesos necesarios para licuar todos sus componentes. En 1959 hizo la primera travesía un buque metanero experimental modificado a partir de un carguero, el Methane Pioneer, entre EE.UU. y el Reino Unido; y en 1964 entró en servicio el primer buque netamente metanero, el Methane Princess.

En 1969, los países exportadores eran Argelia, Libia y EE.UU. y los importadores, Italia, Francia, Reino Unido, España y Japón. Las reservas se han incrementado aproximadamente un 20 por ciento en la última década y, aproximadamente, un 60 por ciento en los últimos veinte años. De ellas, Oriente Medio posee un 43 por ciento de las reservas mundiales. A los actuales niveles de producción, hay reservas garantizadas para más de 53 años de consumo, según Nofuentes. EE.UU. es el mayor productor actual, con un 22 por ciento del total, seguido de Rusia, con un 16. En Oriente Medio la producción se concentra en Irán, Qatar, Arabia Saudí y los Emiratos Árabes, con un 15 por ciento entre los cuatro. En Asia-Pacífico los principales productores son China, Indonesia, Malasia y Australia, con un 10 por ciento en conjunto. Y los mayores consumos se encuentran en Asia-Pacífico, América del Norte y Europa.

La revolución del gas no convencional

Desde mediados de los años 2000, la extracción y producción de GN no convencional en los EE.UU. ha supuesto una revolución y ha provocado la relocalización de industria intensiva energética en este país, debido a los menores precios del GN y también de la electricidad, cuyo coste marginal se suele fijar por las centrales de ciclo combinado. El producto final es el mismo que el obtenido de yacimientos convencionales. El desarrollo tecnológico y la explotación de yacimientos no convencionales, iniciado en Estados Unidos a base de fractura hidráulica, se extenderá a otros países en los próximos años. En el futuro, Oriente Medio y China liderarán la producción mundial, afirmó Nofuentes, junto con Estados Unidos, Rusia y Australia, y surgirán nuevos productores en África y América Latina. Solo Europa reducirá su producción. Por su parte, el comercio internacional se expandirá, con un mayor y más rápido crecimiento del GNL que del natural, y un gran desarrollo de las plantas flotantes de GNL.

El mercado global de GNL lo forman hoy veinte exportadores y treinta importadores. Un 41 por ciento del GNL proviene de Oriente Medio, principalmente de Qatar, y un 31 por ciento de las zonas del Pacífico. Pero, en el futuro, los países que liderarán el crecimiento de las exportaciones de GNL serán EE.UU. y Australia. La cadena logística de GN y de GNL, según se transporte en estado gaseoso o líquido, tiene diferentes etapas. Pero, en la actualidad, según Nofuentes, las tecnologías flotantes de regasificación y licuefacción de GNL se desarrollan rápidamente y tendrán una importante expansión en los próximos años, por sus ventajas frente a las plantas terrestre, como menos tiempo de construcción, menor inversión y costes y mayor flexibilidad operativa. La primera planta de regasificación flotante entró en servicio en 2007, y hay once en operación. Su desventaja es la limitada capacidad de almacenamiento y regasificación. Varios países emergentes han confiado en esta tecnología: Argentina, Brasil, Israel o Pakistán.

La flota mundial de metaneros cuenta con cuatrocientos buques y hay ciento cuarenta en construcción, principalmente en Japón y Corea del Sur. La mayoría de los metaneros están ligados a proyectos de licuefacción concretos, con pólizas de fletamento a largo plazo (10-15 años). No obstante, un 5 por ciento se construyen con fines especulativos destinados al mercado spot, con precios muy volátiles ligados a los mismos parámetros que el gas. Las plantas de regasificación y licuefacción del tipo Small Scale están diseñadas para emitir un millón de toneladas anuales con buques metaneros de menos de 30.000 metros cúbicos de GNL. Suelen estar asociadas a puntos de consumo donde no se puede llegar con tubería, o en los que la geografía o la demanda no justifica una planta de regasificación convencional de mayores dimensiones. Su mayor crecimiento futuro se espera en China. El aumento de la demanda y los avances tecnológicos han hecho económicamente viables yacimientos en zonas remotas y hostiles, hasta ahora impensables, como el Yamal LNG en el Ártico, uno de los proyectos más desafiantes que existen, que puede ser una de las zonas con mayor crecimiento en los próximos 20 años.

Actividad intensiva en capital

La producción, transporte, licuefacción y regasificación de gas son actividades intensivas en capital, apuntó Nofuentes. Los productores no invierten sin contar con garantías de venta a largo plazo. Por eso, la contratación de GN y GNL ha estado dominada históricamente por contratos de largo plazo (15-25 años), con posibilidad de prórroga y cláusulas de revisión de precios. Hasta principios del siglo XXI los precios estuvieron indexados al petróleo u otros productos petrolíferos; pero con el desarrollo de los mercados organizados de gas en EE.UU. y Europa aparecieron las indexaciones a índices de gas. Por otro lado, prosiguió Nofuentes, los volúmenes spot de GNL funcionan al margen de los contratos de largo plazo y las entregas se hacen en el año o en los meses siguientes al cierre de las operaciones, a través de subastas, brokers y, principalmente, negociaciones bilaterales en puntas de demanda o excesos de oferta, siempre en un mercado muy volátil.

Nofuentes definió un hub como una localización geográfica dentro de un sistema gasista en la que se puede transferir la propiedad legal de gas, spot o forward, entre diferentes agentes del mercado con gestiones bilaterales o a través de broker. En general, en los hubs se negocia para ajustar la flexibilidad de oferta o demanda, con variaciones a corto plazo, para el balance de gas o para el trading especulativo. El GN, que originalmente era una materia prima energética regional, se ha globalizado en las últimas décadas gracias, en gran medida, al desarrollo de los mercados de GNL, una tendencia que se potenciará en los próximos años con un mayor crecimiento porcentual en las exportaciones de GNL sobre el GN, afirmó el nuevo Académico Correspondiente.

El incremento de exportaciones de GNL desde EE.UU., con volúmenes flexibles y precios indexados al Henry Hub de este país, hará que este índice aumente su influencia en los precios, no solo americanos, sino también europeos y asiáticos. Junto con Australia, Estados Unidos promoverá un mayor desarrollo del mercado spot de GNL, que redundará en la seguridad de suministro y limitará los efectos de factores geopolíticos en los precios del gas. La demanda asiática, agregó, continuará teniendo un papel muy relevante. Además de Japón y Corea del Sur, India y, principalmente, China aportarán gran parte del crecimiento.

La aparición de nuevas demandas en la costa occidental africana y la irrupción de nuevas producciones off-shore en las costas de Mozambique y Tanzania, actualmente en exploración, abren importantes incógnitas sobre su repercusión en el mercado global. Finalmente, los avances tecnológicos y la expansión de las plantas de licuefacción y regasificación flotantes, los desarrollos de proyectos de Small Scale y el gas destinado a bunker de buques tendrán una considerable influencia en el futuro del GNL a escala mundial, concluyó Nofuentes.

Profesional de la empresa y docente

Además de doctor en Minas y Energía, Manuel Nofuentes Caballero, es máster en Dirección de Empresas por la IE Business School, graduado en Dirección General por el IESE y diplomado en Economía Industrial por la Universidad Carlos III. Es miembro de diversas asociaciones españolas e internacionales del ámbito de la energía y ha presidido el Comité de Agentes del Mercado Gasista Ibérico, dijo el doctor Díaz Fernández.

Es también profesor asociado en la ICADE Business School y la Universidad Camilo José Cela, donde imparte asignaturas relacionadas con la estructura energética mundial, el aprovisionamiento y gestión de combustibles fósiles y la logística marítima. Es autor de varios artículos sobre historia social y política de la Baja Edad Media publicados en revistas especializadas y en un libro colectivo sobre la frontera castellano-granadina en el siglo XV.