La RADE abordó la situación actual del cáncer y la atención a los enfermos que lo padecen

Aumentan los cánceres multiorgánicos, al tiempo que avanzan la investigación, las técnicas de detección y los tratamientos

La RADE abordó la situación actual del cáncer y la atención a los enfermos que lo padecen

El cáncer aumenta su incidencia, pero el futuro es optimista porque avanzan la investigación y la posibilidad de detección precoz. Los enfermos que lo deseen deben ser informados hasta donde quieran saber y, sobre todo, estar acompañados, como se puso de relieve en la mesa redonda “Atención al paciente con cáncer: una visión multidisciplinar”, celebrada en la Real Academia de Doctores de España (RADE).

El Presidente de la RADE, doctor Jesús Álvarez Fernández-Represa, dio la palabra al de la Sección de Medicina, organizadora de la sesión, para que presentara y moderara la mesa redonda. Al explicar las razones de la convocatoria, el doctor Antonio González González indicó que las estadísticas sobre el cáncer son preocupantes, sobre todo en incidencia y mortalidad, y cada vez se diagnostican más cánceres multiorgánicos. En Estados Unidos se dan 454 casos por cien mil habitantes, y en España 457.

El aumento de la incidencia de esta enfermedad se atribuye al incremento de la población y a su envejecimiento, añadió, motivo por el que toma auge la teoría de que a medida que pasan los años disminuyen los mecanismos correctores genéticos que impiden las alteraciones de los genes que llevan al cáncer.

La mortalidad está en alza, según el doctor González; más en España, 217 muertes por cien mil habitantes, que en Estados Unidos, 171. Enferman más los hombres que las mujeres y los mayores de 65 años. Estas cifras son mejorables, pero no es fácil porque no se conoce la etiopatogenia del mal, pero sí los factores de riesgo, y cómo diagnosticarlo. En todo caso, la visión de futuro es optimista porque avanza la investigación genética.

Investigación, formación y prevención

Según el doctor Honorio Bando Casado, Académico Correspondiente de la Sección de Derecho, para afrontar el reto de futuro de la innovación oncológica, hay que actuar en tres dimensiones: la formación, la investigación y la docencia.

Se cuenta, añadió, con adecuados elementos legislativos, como la Ley de Investigación Biomédica, de 2007, y el decreto que desarrolla la normativa de los biobancos, de 2011, que aseguran el respeto a los derechos humanos y el avance de la investigación oncológica; así como la Ley de la Ciencia, la Tecnología y la Innovación, de 2011, que pretende construir un sistema investigador más sostenible y estable a largo plazo.

Destacó Bando que tenemos que profundizar en los avances de la medicina personalizada sobre criterios de eficiencia en los tratamientos preventivos oncológicos. Respecto a la prevención, afirmó que los profesionales de la ciencias de la salud y la vida deben facilitar a los pacientes, en un diálogo abierto, los beneficios y riesgos de realizar las pruebas necesarias para la detección precoz del cáncer, e indicarles hábitos y estilos de vida saludable, ya que los pacientes tienen que ser sujetos muy activos en la previsión.

Innovaciones diagnósticas

Cualquier momento de la biografía del paciente con cáncer requiere de una actuación multidisciplinar: médica, farmacéutica, enfermería, sociosanitaria y religiosa, manifestó el doctor Emilio Álvarez Fernández, Académico de Número de la Sección de Medicina. En esa biografía, continuó, los hitos básicos son la prevención y el diagnóstico precoz, el estudio histológico del tejido obtenido en biopsia, la valoración del pronóstico y la instauración del tratamiento.

En los últimos años, se ha producido una innovación fundamental, al ser posible encontrar componentes bioquímicos en el tejido de biopsia, que proporcionan datos relevantes para prever la evolución del tumor y su respuesta a los tratamientos, como los biomarcadores pronóstico y predictivo. La biopsia líquida, explicó Álvarez Fernández, permite obtener de la sangre células tumorales circulantes íntegras, componentes celulares y ácidos nucleicos circulantes no albergados en células, que proporcionan información sobre el tumor primario y sus localizaciones metastásicas.

La atención integral al paciente, dijo el ponente, requiere guías y protocolos de manejo y tratamiento del cáncer; así como la creación de comités hospitalarios de tumores para tomar decisiones colegiadas sobre tratamientos y seguimientos, y también de un registro de tumores.

Otro avance significativo ha sido la demostración de factores tisulares que permite establecer un pronóstico, e indicar y excluir terapias, lo que facilita el tratamiento personalizado. La incorporación de todas las técnicas descubiertas, agregó, exige nuevas necesidades de inversión en equipamientos y laboratorios, así como modificar los contenidos en la formación de patólogos, oncólogos, radioterapeutas, bioquímicos clínicos y otros especialistas, además de complementar los conocimientos de los ya titulados. Y, recientemente, la Food and Drug Administration ha aprobado un test para detectar el cáncer de pulmón en saliva que aporta factores importantes para determinar los tratamientos.

La salud depende de la capacidad de adaptación

Según la Académica Correspondiente de la Sección de Medicina María Inés López-Ibor Alcocer, la medicina tiene una vertiente racional: la ciencia médica, la patología y la medicina basada en la evidencia científica; y una vertiente emocional: la relación médico-enfermo, el sentido de la enfermedad, el dolor y el sufrimiento, el estrés, la discapacidad, la muerte y la medicina basada en los valores.

Cuando alguien enferma, aseguró, aparecen la ansiedad y la depresión. La primera es un sentimiento normal en una persona cuando le pasa algo, pero es también un síntoma que aparece en muchas enfermedades y un trastorno en sí mismo. Con la depresión sucede igual: puede ser un trastorno, un síntoma o un sentimiento.

La salud, indicó la doctora López-Ibor Alcocer, no depende solo del azar, sino que está condicionada, en gran medida, por las decisiones que adopta cada persona. De ahí, la importancia de contar con el paciente, para conseguir efectos beneficiosos, como menos complicaciones, disminución del dolor quirúrgico, de la depresión y de la ansiedad, y estancias hospitalarias más cortas.

Cuando el pronóstico es malo, subrayó, el paciente debe ser protegido y es el médico el que decide informar, Al hacerlo, hay que dar información precisa, porque es el enfermo quien decide que quiere saber las malas noticias y lo que es apropiado para su tratamiento. La OMS recomienda que, antes de informar, el médico tenga un plan sobre la mínima y la máxima información que debe dar, en función de la seguridad del diagnóstico. Debe dejar que sea el paciente quien controle lo que quiere saber, debe averiguar qué piensa el enfermo sobre su enfermedad, darle tiempo para asumir toda la información, proporcionarle alguna buena noticia o, por lo menos, esperanza y ofrecer un tratamiento. Nunca se deben dar falsas esperanzas o mentir.

“Uno está sano cuando es capaz de adaptarse a la situación que le toca vivir en un momento determinado”, aseveró López-Ibor Alcocer, antes de precisar que “debemos tratar de conseguir que los enfermos crónicos y complejos no salgan devastados, sino fortalecidos con lo que hoy llamamos resiliencia”

Querer y acompañar

Haber pasado experiencias personales de enfermedad grave prepara para atender al que sufre, porque se comprende su dolor, apuntó Primitivo de Miguel del Val, enfermero jesuita, que ha dedicado más de 40 años a cuidar a enfermos. Desde su propia vivencia, el ponente aseguró que cuando el cuerpo está afectado por la enfermedad, también la mente sufre, y al sufrimiento de la enfermedad y de la mente se une la soledad.

Resaltó la importancia de acompañar en silencio, porque hay pacientes que quieren tener a alguien a su lado, sentirse acompañados, pero no desean escuchar historias que no les interesan. Acompañar no implica hablar, sino hacerlo en silencio. Hay momentos, prosiguió, en que las palabras manidas de ánimo y dichas sin sentirlas hacen mucho daño.

Para los creyentes, la atención a los demás se hace más desde la fe y, sobre todo, desde el amor. La regla de oro de la atención es “trata a los demás como te gustaría te trataran”. En resumen, terminó De Miguel, cuidar en el final de la vida significa “querer y acompañar”.

Durante el coloquio, la doctora López-Ibor Alcocer declaró que, aunque no hay evidencia científica, muchas enfermedades aparecen después de un episodio de estrés. Antes de clausurar el acto, el doctor Álvarez Fernández-Represa manifestó que hoy ha cambiado radicalmente la forma en que se atiende a los pacientes de cáncer. Hay enfermos que se curan y olvidan que tuvieron cáncer, mientras que en los años 50 era una condena a muerte. Al enfermo, agregó, hay que informarle de lo que quiera saber, y nunca de nada más. Este es un capítulo tremendamente delicado, cuya regla es no engañar nunca al paciente. El problema más acuciante es, muchas veces, la soledad, y lo más importante, acompañar, concluyó el Presidente de la RADE.