La responsabilidad social corporativa cambia de modelo para convertirse en una nueva actitud empresarial

Representantes de la Asociación Española de Contabilidad y Administración de Empresas y de la banca expusieron el nuevo marco conceptual de la RSC

La responsabilidad social corporativa cambia de modelo para convertirse en una nueva actitud empresarial

El fenómeno de la responsabilidad social corporativa (RSC) ha dejado de ser una moda con la que conseguir exclusivamente ventajas competitivas para convertirse en una nueva actitud empresarial que, además de formar parte del interior de la compañía, se compromete a ofrecer un modelo de información integrada que abarca los resultados de la empresa y su repercusión sobre el contexto en el que opera. Su influencia será creciente en todos los ámbitos de actividad y puede llegar a convertirse en la agenda de trabajo de gobiernos y del conjunto de sectores de actividad. Estas ideas se manifestaron en la mesa redonda “Situación actual y tendencias de la responsabilidad social corporativa: del marco conceptual a la información integrada”, organizada por la sección de Ciencias Políticas y de la Economía, de la Real Academia de Doctores de España (RADE).

Abrió las intervenciones el doctor Pedro Rivero Torre, presidente de la Comisión de RSC de la Asociación Española de Contabilidad y Administración de Empresas (AECA), académico de número de la RADE y presidente de su sección de Ciencias Políticas y de la Economía, para explicar que dicha comisión tiene la misión de promover el comportamiento socialmente responsable de las organizaciones, desde el estudio y la investigación científica para, con vocación de ser referencia obligada en la materia, tanto nacional como internacional, conseguir el desarrollo científico de la RSC, su Implantación generalizada, la difusión de sus técnicas de dirección y gestión y la colaboración entre personas, organizaciones e instituciones nacionales e internacionales dedicadas a esta cuestión.

La comisión ha venido emitiendo documentos y pronunciamientos sobre RSC, como el Marco Conceptual de la Responsabilidad Social Corporativa (2004), los Límites de la Información sobre Sostenibilidad: Entidad, Devengo y Materialidad (2005), Gobierno y Responsabilidad Social de la Empresa (2007) o La Empresa Social: Marco Conceptual, Contexto e Información (2015). Y también textos sobre la información corporativa, como La Taxonomía XBRL de Responsabilidad Social Corporativa (2009), Normalización de la Información sobre Responsabilidad Social Corporativa (2010) o Información Integrada: El Cuadro Integrado de Indicadores (CII-FESG) y su Taxonomía XBRL (2012), entre otros. Actualmente están en curso de elaboración o en proyecto nuevos documentos sobre la RSC interna como, por ejemplo, la verificación de la RSC o la RSC y el sector público.

Respecto al último documento mencionado, Rivero destacó que están interesados en desarrollar el papel del sector público “porque queremos ir hacia una economía social de mercado y, como no se llevan especialmente bien los sectores público y privado, conviene poner los límites a cada uno para que salga potenciada la regulación”.

Todo ello, subrayó Rivero, desde la premisa de la voluntariedad, “porque se trata de convencer a todos los implicados para obtener el mayor beneficio posible sin afectar a la sostenibilidad, cumpliendo lo que la sociedad espera de las empresas y respetando el medio ambiente”.

Pionera de la RSC en España

José Mariano Moneva, catedrático de la Universidad de Zaragoza y decano de su Facultad de Economía y Empresa, y coordinador de la Comisión de la RSC de la AECA, se refirió al marco conceptual de la RSC y el gobierno corporativo. El concepto de RSC desarrollado por la AECA, pionera en este campo en España, ya no encierra la idea de ventaja competitiva, sino de un marco compartido de actuación. Y tampoco es un modelo de ética y filantropía en los negocios, como en sus comienzos.

El objetivo básico del marco conceptual de la RSC es que se reconozca que este concepto debe tener elementos de dirección y gestión, que tiene que constituir algo interno de la compañía, con una triple dimensión económica, ambiental y social. Uno de los consensos que más costó lograr dentro de la comisión fue definir la RSC, que finalmente se concretó como “el compromiso voluntario de las empresas/organizaciones con el desarrollo de la sociedad y la preservación del medioambiente, desde su composición social y un comportamiento responsable hacia las personas y grupos sociales con quienes interactúa”.

Un fin esencial de la RSC consiste, continuó Moneva, en suministrar elementos de dirección y gestión consistentes para realizar un modelo de desarrollo sostenible, innovar y mejorar procesos de dirección que tengan en cuenta la triple dimensión económica, ambiental y social y los grupos de interés, y lograr la generación de externalidades socialmente responsables. Entre sus fines se incluyen potenciar ventajas competitivas, como reputación, fidelización, calidad o talento; desarrollar económicamente la organización para alcanzar un beneficio suficiente, pero no el máximo como se hacía hasta ahora; integrar naturalmente la organización en el entorno desde una perspectiva sostenible y suministrar información completa y fiable de la actividad empresarial. Los principios aplicables en este marco no pueden ser otros que la transparencia, la materialidad, la verificalidad, la visión amplia, la mejora continua y la naturaleza social de la organización.

Moneva hizo especial hincapié en algunos principios del Código de Buen Gobierno de las Sociedades Cotizadas, presentado en 2015. Entre ellos, figuran: promover “una política adecuada de RSC como facultad indelegable del consejo de administración, ofreciendo de forma transparente información suficiente sobre su desarrollo, aplicación y resultados”, y que la política de RSC incluya los principios o compromisos que la empresa asuma voluntariamente en su relación con los distintos grupos de interés e identifique, entre otros, una estrategia corporativa relacionada con la sostenibilidad, el medio ambiente y las cuestiones sociales, y prácticas concretas en cuestiones relacionadas con accionistas, empleados, clientes, proveedores, cuestiones sociales, medio ambiente, diversidad, responsabilidad fiscal, respeto de los derechos humanos y prevención de conductas ilegales.

Las aportaciones de la tecnología

Enrique Bonsón, catedrático de la Universidad de Huelva y presidente de la Comisión de Nuevas Tecnologías y Contabilidad de la AECA, planteó diversas reflexiones sobre el papel de las tecnologías de la información y la comunicación en el campo de la RSC. Entre ellas, subrayó la aportación de una semántica común, que permite compartir la información informatizada; la conectividad y, como consecuencia de ella, una mayor concisión para facilitar al usuario la información esencial sobre la estrategia de la empresa y, a partir de ahí, dejarle que navegue por el informe, o la modularidad para mejora la conectividad y la navegabilidad. El informe, según los documentos elaborados por la AECA en referencia a los aspectos tecnológicos, debe ser modular, conectado y con una práctica navegable óptima.

El núcleo del informe integrado no debe tener más de 25 páginas que ayuden a entender lo que la empresa hace y cómo. Debe contar con una sección que incluya en sumarios con los indicadores más relevantes, y extensiones que permitan al usuario buscar más datos en función de su interés, con todos los indicadores financieros y no financieros que se puedan visualizar.

Las entidades financieras se han visto obligadas a reaccionar ante lo que se considera una nueva época en el sector bancario, manifestó Emilio Martín-More, director de Reporting y Responsible Policies de BBVA, quien expuso la política que sobre RSC ha implantado su entidad financiera.

Hay una serie de hechos que configuran un novedoso panorama para la banca, señaló Martín-More. El primero es que la actividad financiera ha perdido su legitimidad social. Según algunos estudios, el 80 por ciento de la población española considera que las entidades financieras no se comportan de modo responsable, un índice muy superior a la media de la Unión Europea en este aspecto. Hay una creciente presión regulatoria, unida a una conciencia de los consumidores que son más conscientes de sus derechos y piden más responsabilidad, al tiempo que los inversores a largo plazo piden más y mejor información. Y, en tercer lugar, han entrado nuevos actores en el mercado financiero, sobre todo compañías tecnológicas. Todo ello ha obligado al BBVA a diferenciarse.

Plan de negocio responsable

Como consecuencia del replanteamiento de su posición, el BBVA ya no habla separadamente de plan de negocio y de RSC, sino de plan de negocio responsable. En su día, preguntaron a sus clientes qué entienden por un banco responsable, y sorprendentemente la respuesta no fue: aquél que me da a ganar dinero, sino aquél que no me engaña y del que me puedo fiar.

Los tres pilares de un sector financiero sostenible, indicó el ponente, son una regulación adecuada, una rentabilidad ajustada a principios, y no al riesgo como se entendía antes, que requiere sustentarse en integridad, transparencia y prudencia, y una supervisión efectiva. En este contexto, la información (reporting) integrada es muy importante, porque de ella dependen la reputación y el riesgo reputacional. Las principales aportaciones de una información integrada en un único informe anual son: una única voz que integra toda la información relevante en un solo lugar, una comprensión integral que considera todos los impactos y grupos de interés del negocio bancario, y una redefinición del tiempo que incluye información sobre el pasado, el presente y el futuro.

Según José Luis Lizcano, director gerente y coordinador de la Comisión de RSC de la AECA, el fenómeno de la RSC va a tener una influencia creciente en las empresas y en la sociedad, desde la tecnología y la comunicación, al gobierno corporativo, el desarrollo sostenible, los derechos humanos, las pymes, la educación en todos sus niveles, las compañías y los mercados, la economía social y los distintos agentes de la sociedad civil. Y puede llegar a convertirse en la agenda de trabajo de gobiernos y del conjunto de sectores de actividad, agregó.

La Comisión de RSC de la AECA diagnostica la situación actual de la información corporativa como “una gran cantidad de información inconexa, no necesariamente relevante, costosa de elaborar, difícil de manejar, con escasa trascendencia estratégica y utilidad para la toma de decisiones con enfoque de futuro, dado su carácter eminentemente histórico y financiero”.

Información integrada

Frente a esta situación, la comisión elaboró en su día el nuevo concepto de información integrada, que proporciona contenidos relevantes sobre estrategia, gobierno corporativo, resultados y previsiones de una empresa y su conexión con el contexto económico, social y ambiental en el que opera. Y, además suministra una visión clara y concisa de cómo una compañía gestiona y crea valor, presente y futuro; es decir, va más allá de la tradicional información contable.

El modelo de información integrada refleja lo que Lizcano denominó pensamiento integrado, en el que se consideran diferentes recursos y clases de capital y sus interrelaciones: capital financiero, capital productivo, capital humano, capital intelectual, capital natural y capital social. La información integrada, además, combina consistentemente los elementos más relevantes de información corporativa que actualmente se divulgan por separado (financieros, de gobierno corporativo, de gestión y de sostenibilidad), y muestra las interconexiones entre ellos, explicando en qué manera afecta a la capacidad de la empresa para crear valor en el corto, medio y largo plazo. Por su parte, el cuadro integrado de indicadores recoge información financiera junto a la no financiera en sus dimensiones ambiental, social y de gobierno corporativo, para representar la evolución de la empresa en función de ciertos detalles que, a su vez, se relacionan con objetivos estratégicos y riesgos.

En el coloquio que siguió a las exposiciones, ante las intervenciones críticas de los intervinientes sobre actuaciones irresponsables de la banca en los últimos años, el representante del BBVA manifestó que su entidad ha tomado medidas para que quienes no puedan pagar sus hipotecas sigan en sus casas, para resolver los problemas generados por las preferentes y para evitar malas prácticas comerciales y que los productos resulten lesivos para el cliente. Por su parte, el doctor Rivero añadió que se está tratando de llegar hasta donde se pueda en esta materia; pero, en todo caso, se trata de situaciones que no se pueden cambiar de la noche a la mañana.