Casar propone crear una nueva sociedad basada en la comunicación ilimitada que ofrecen las TIC

Las nuevas tecnologías brindan oportunidades inéditas que la humanidad tendría que saber aprovechar para ordenar su futuro, según el nuevo académico de la RADE

Casar propone crear una nueva sociedad basada en la comunicación ilimitada que ofrecen las TIC

Tenemos que concebir visiones y actitudes emprendedoras de una nueva sociedad a partir de las tecnologías de la información y la comunicación (TIC), que nos han traído, a escala universal, la ubicuidad de la medida, la universalidad del conocimiento y la comunicación sin límites, y ofrecen un catálogo impreciso, evolutivo y cambiante de oportunidades que aprovechar, es la propuesta lanzada por José Ramón Casar Corredera, catedrático de la Escuela Técnica Superior de Ingenieros de Telecomunicación, de la Universidad Politécnica de Madrid (UPM), al tomar posesión de la medalla número 28, correspondiente a la sección de Ingeniería, de la Real Academia de Doctores de España (RADE). 

Durante su discurso, “Transformaciones audaces de las tecnologías de la información: los espacios, el conocimiento, los otros”, el nuevo académico afirmó que quizás otros tiempos hayan sido también tecnológicos, “pero estos que vivimos lo son en su esencia, por la influencia global, el impacto social y la escala universal de la actual omnipresencia tecnológica. Nada en el pasado fue comparable, nada sucedió a la misma velocidad y nada prefiguró nunca lo que preludian las conocidas genéricamente como tecnologías de la información y la comunicación”. “Ni internet, ni la comunicación telefónica o escrita, ni los modos de producir y consumir información y de relacionarnos con los medios, ni la computación, ni la información en los espacios que habitamos son ya los que eran, los que conocimos hace apenas un par de décadas”, apostilló el doctor Casar.

Se estima, prosiguió, que hacia finales de 2015 había en el mundo 3,2 billones de usuarios de internet, cuando en 2000 eran 400 millones; es decir, un 43 por ciento más en quince años. Hacia finales de 2015 había más de siete billones de suscripciones móviles, con una penetración del 97 por ciento, mientras en 2000 eran algo más de 700 millones. La implantación de la banda ancha móvil en 2015 fue de un 47 por ciento, doce veces su valor en 2007, y en Europa y América rondó el 80 por ciento. En 2015, Facebook tenía 1.400 millones de usuarios, Twitter 300 y Whatsapp 700. 

En 2005 usábamos dispositivos USB de bolsillo de 64 MB ; un gran disco de almacenamiento general podía tener 80 GB. Hoy utilizamos dispositivos USB de 512 GB, y disponemos de capacidades de almacenamiento personal de varios terabytes. Hace apenas diez años, un teléfono móvil de gama alta podía tener 64 MB de memoria RAM, una cámara de 5 Mpíxeles, una pantalla de 2,6 pulgadas y 240x320 píxeles, vídeo con calidad VGA (640x480 pixeles) y apenas algún sensor integrado. Hoy, un smartphone de gama alta puede ofrecer 128 GB, cámara de 12 Mpx, pantalla de 5,5 pulgadas y resolución de 1920x1080, vídeo en calidad 4K y una variada colección de sensores: brújula, giróscopo, lector de NFC, barómetro, luz, proximidad, temperatura, etc. “Estas capacidades se superarán ostensiblemente este mismo año, y serán anécdota en, digamos, diez años”, agregó.

Lo cierto es, señaló Casar, que “las tecnologías han afectado a nuestro tejido de relaciones personales, sociales e intelectuales al menos en tres dimensiones: nuestra forma de interpretar e interactuar con los espacios, nuestra forma de acceder a la información y al conocimiento y de procesarlo, y nuestra forma de relacionarnos con los otros”.

Ejemplos históricos

Como ejemplos históricos de visiones e innovadores, se refirió a dos de los grandes episodios de las telecomunicaciones: el desarrollo e implantación de la telegrafía sin hilos y el caso de la radio y televisión comerciales, en los que, al igual que ahora, “se dan las circunstancias para producir innovaciones permanentes que cambian las relaciones con la información y con las personas”.

Mencionó después tres visiones que pueden ilustrar la esencia del cambio en nuestras relaciones, respectivamente, con los espacios, con la información y con los otros, con la advertencia de que no se trataba de una teoría, ni una previsión ni una planificación, sino simplemente una explicación a priori de lo que sucederá después. La primera de ellas es la Computación Ubicua, que supuso la desaparición del ordenador personal tradicional y la aparición, en su lugar, de una infraestructura “invisible” de cómputo, representación y comunicación. “Los espacios se han poblado de objetos con capacidad de medir, actuar y comunicarse entre sí y con objetos de otros espacios (incluidos entre esos objetos, prominentemente, los propios dispositivos personales de las personas que ocupan los espacios)”.

“La desaparición por desagregación del ordenador personal como referente computacional e informacional de un espacio (al menos como referente único) ha dado lugar a un nuevo paradigma de ubicuidad, en el que la comunicación y la computación se realizan en cualquier lugar, los objetos se comunican autónomamente, y cobran sentido semántico, desde ese punto de vista, la identidad, la posición, el lugar y el contexto”, dijo. Aparecen los conceptos de Espacio Inteligente, Inteligencia Ambiental, Redes de Sensores e Internet de las Cosas. Pero lo decisivo no es ya lo que los sensores puedan medir o interpretar por sí mismos, sino lo que permiten inferir colectivamente.

La segunda visión es la Biblioteca Universal, “ese inmenso repositorio hiperindexado (perdónenme el neologismo, otro más), a ese catálogo de información y conocimiento indefinidamente creciente, que es la Red”, que “para siempre ha cambiado nuestra relación con la información y, con ella, nuestra forma de aprender y de tratar el conocimiento”. Y todo ello, agregó, “en el momento en el que uno lo necesita, que es probablemente la propiedad más asombrosa de esta nueva biblioteca que apenas tiene veinte años; la que induce a algunos a aventurar que será nuestra nueva memoria, porque permitirá evocar la palabra, el texto o la escena con la inmediatez, la fidelidad y el matiz de una memoria exacta”.

Al hablar de Interacción Ilimitada, Casar citó la tercera de sus visiones. Con ella aludía a la comunicación con los otros, que ha superado los límites de la comunicación tradicional gracias al dispositivo personal que permite comunicar en todo tiempo y espacio. “Más aun, no solo comunicar, sino interactuar, compartir y construir cooperativamente. Me tendrán que disculpar que me refiera a él, en lo que sigue, a veces, como smartphone o teléfono inteligente o simplemente ‘móvil’, en los tres casos haciendo un demostrable mal uso del lenguaje”. Tan importante o más que el carácter de “personal” de esta variante de computación ubicua, es que se haya hecho, al tiempo, “social”, subrayó Casar, “en el sentido de que se ha convertido en un instrumento imprescindible de participación en las llamadas redes sociales, un fenómeno que ha venido para quedarse y crecer”, afirmó.

Nuevos escenarios

Planteó el recipiendario cuatro posibles escenarios a los que podrían conducirnos unas visiones acertadas, como las que él alienta. El primero, una comunicación distinta que trascienda de contenidos pasivos para plantearse el reto de comunicar experiencias para compartir un conjunto de sensaciones locales, recrear fielmente las condiciones de la experiencia (sensoriales, informacionales, psicológicas), de forma que, idealmente, las personas podrían cumplir la aspiración de poder estar virtualmente en cualquier lugar y en cualquier tiempo pasado en el que un miembro de una red social hubiera estado y hubiera registrado y almacenado los detalles para reconstruir su experiencia, en algún lugar accesible de la nube.

Unas ciudades nuevas, organizadas alrededor de una arquitectura y un urbanismo amables, sería un segundo escenario posible. Unas urbes que permitieran una interpretación diferente y personal de los espacios, percibidos no solo en claves visuales, sino mediados y transformados por las tecnologías multimedia y por la comunicación universal en los espacios mixtos. Ciudades en las que los espacios renovados incorporaran conceptos del dominio del afecto y para combatir la soledad y el aislamiento urbanos.

La tercera posibilidad llevaría a unas formas renovadas y sostenibles de cuidar la salud, de asegurar el bienestar de las personas, ya que las oportunidades que en este ámbito brindan las tecnologías de medida, comunicación y computación en la nube son literalmente infinitas, y cambiaría para siempre la práctica de la medicina ambulatoria y del diagnóstico precoz, del cuidado personal y del tratamiento de las enfermedades crónicas; y también sería clave en la superación de determinadas discapacidades físicas o cognitivas y en el mismo tratamiento de esas no-enfermedades que son la tristeza o la soledad.

Una nueva creatividad, un nuevo arte, es la cuarta opción basada en “la evidencia de que el desarrollo de las TIC ha impulsado nuevos modos de creación artística, no solo técnicos, sino también de perspectivas y de modelos (como otras innovaciones, la fotografía, el cine, el vídeo) y también, seguramente, una nueva estética o unas nuevas (y personales) estéticas, como sucedió, por ejemplo, con el Pop Art y Andy Warhol”.

Todos estos ejemplos nos sugieren, en opinión del Casar, “un presente en el que las TIC nos están ofreciendo unas oportunidades inéditas, inestimables, que esta humanidad informada tendría que saber aprovechar para ordenar su futuro. Necesitamos visiones y conceptos globales. Necesitamos saber qué hacer con esta marea incesante de tecnologías provocativas. Necesitamos ponderar qué grandes objetivos merecen la pena. Esto no implica intentar trazar las rutas precisas para alcanzarlos”. La propuesta del nuevo académico es la de las visiones “que imaginen espacios de oportunidad intelectual, de desarrollo personal y de valor social, visiones con la persona en el centro y con la prioridad en los dominios invariantes de la humanidad: el afecto, el bienestar, la felicidad, la dignidad, el desarrollo”. Visiones que “tendrán que formularse desde una perspectiva multidisciplinar…. con las humanidades, con las ciencias de la naturaleza, con la medicina, con las ciencias económicas, etc.” “Necesitamos visiones audaces, emanadas del conocimiento, la ética y los valores permanentes”, concluyó.

El factor multidisciplinar

El profesor Casar dirige, desde principios de los 90, el Grupo de Investigación de Procesado de Datos, Simulación y Espacios Inteligentes en la UPM, cuenta con cinco sexenios de investigación consecutivos, ha dirigido catorce tesis doctorales y dirige otras cinco en la actualidad. Tiene publicados 230 artículos internacionales en revistas y congresos internacionales con revisión por pares. Ha sido investigador principal de 33 proyectos de investigación financiados en convocatorias públicas y de 67 proyectos de I+D con empresas. Tiene varios premios de investigación individuales y colectivos, ha sido editor asociado y revisor de innumerables revistas científico-técnicas, así como responsable de la organización de numerosos congresos internacionales, manifestó en la contestación al discurso del recipiendario el doctor Saturnino de la Plaza, vicepresidente de la RADE, que presidió el acto de ingreso por ausencia del titular de la corporación.

El nuevo académico ha promovido la implantación y extensión en todos los niveles docentes de las técnicas cuantitativas horizontales, principalmente Estadística e Investigación de Operaciones, e imparte la materia de Investigación de Operaciones, en grado, y varias de Tratamiento Estadístico de Señales y Optimización y Análisis Estadístico de Datos, en doctorado. Ha sido adjunto al vicerrector de Investigación, director de la Oficina de Transferencia de Resultados de Investigación, vicerrector de Investigación y adjunto al Rector para Programas Estratégicos, con categoría de vicerrector. Entre otros cometidos, ha coordinado el Plan Estratégico de la UPM y el Programa Mujer, y ha ocupado cargos en la Fundación General de la UPM, el Consejo Asesor de Asuntos Europeos de la Comunidad de Madrid y el Consejo de Administración del Centro Tecnológico de Madrid, entre otros.

Entre las reflexiones que le suscita la exposición del doctor casar, De la Plaza destacó “que los nuevos modos de relación con la información y de aprendizaje, a los que alude repetidamente el nuevo académico en su discurso, están teniendo un impacto también muy importante en las prácticas de la educación universitaria. Seguramente también la universidad tenga que seguir reinventándose para asegurar, no ya solo la transmisión de determinados conocimientos, sino principalmente el entrenamiento intelectual de sus estudiantes. La combinación de talento, conocimiento y actitud quizás sea la mejor de las combinaciones para la generación de visiones, ‘no inventando desde la nada’”.

Al mencionar el factor decisivo de lo multidisciplinar en las innovaciones que están por venir, como plantea Casar, De la Plaza resaltó que la Real Academia de Doctores de España representa como ninguna otra el valor de esta confluencia, con sus diez secciones, que reúnen las más variadas ramas del saber.