Expertos energéticos califican de irreales o inconsistentes los programas electorales en materia de energía

Los especialistas, encabezados por la académica de la RADE Yolanda Moratilla, destacan la mediocridad general de las propuestas políticas

Expertos energéticos califican de irreales o inconsistentes los programas electorales en materia de energía

Los programas electorales en materia de energía de los cuatro partidos políticos que encabezan las preferencias de los electores, según las encuestas, contienen propuestas irreales o inconsistentes, concluye el análisis de un equipo de expertos del ámbito energético, coordinado por Yolanda Moratilla, miembro de la Real Academia de Doctores de España (RADE), directora de la Cátedra Rafael Mariño de Nuevas Tecnologías Energéticas, de la Universidad Pontificia Comillas ICAI-ICADE, y presidenta del Comité de Energía y Recursos Naturales del Instituto de la Ingeniería de España (IIE).

El análisis fue presentado en el IIE durante un acto en el que intervinieron, junto a la doctora Moratilla, Manuel Lozano Leyva, catedrático de Física Atómica, Molecular y Nuclear de la Universidad de Sevilla; Isaac Álvarez, ingeniero de minas con extensa experiencia profesional en el mundo de los hidrocarburos, y Victoriano Casajús, ingeniero industrial que, entre otros cargos, ha sido director general de Red Eléctrica de España. Todos ellos son colaboradores de la Cátedra Rafael Mariño y, como manifestaron en el coloquio, partidarios declarados de las energías renovables.

En líneas generales, el nivel técnico de los programas deja mucho que desear, como manifestó la doctora Moratilla, tras afirmar que el del PP es uno de los peores, porque no dice nada en cuestiones sustanciales, como energía nuclear, minería e hidrocarburos, transporte y red eléctrica, mientras que en otros aspectos se limita a señalar que se cumplirán los objetivos.       

Es irreal, desde el punto de vista técnico, la pretensión de llegar al 70 por ciento de participación de energías renovables en el mix eléctrico y, más aún, de alcanzar el ciento por ciento, porque los partidos que siguen esta línea (PSOE y Podemos) no tienen en cuenta las condiciones de regulación necesarias en la red eléctrica. Victoriano Casajús explicó que “la electricidad se ha desarrollado sobre la base de una teoría previamente establecida, la del electromagnetismo; hay unas leyes físicas ineludibles que, si se ignoran, crean perturbaciones en el sistema, y no funciona”. Ni el viento ni el Sol se pueden regular, subrayó Casajús. “Ni pueden dar respuesta a las exigencias de la demanda eléctrica. Solo grandes máquinas con inercia, alimentadas con otras fuentes de energía, pueden garantizar el funcionamiento estable del sistema”.

Según Isaac Álvarez, el mix energético no va a cambiar sustancialmente para el año 2040. Hoy, el 80 por ciento de la energía consumida es fósil y, para 2040, estará en torno al 75 por ciento. Las renovables se incorporan muy despacio al sistema: de un 3 por ciento actual se espera que, en esa fecha, alcancen alrededor de un 8 por ciento.

Cerrar paulatinamente las centrales nucleares, como pretenden el PSOE y Podemos, es inconsistente, según Manuel Lozano Leyva, porque “la izquierda ha mantenido la bandera antinuclear, y habla de este tema desde un punto de vista ideológico y no técnico. La energía nuclear es inevitable, sí o sí. A los países emergentes, India, Rusia y China, no hay quien les pare en el avance de la tecnología nuclear; y a los Estados Unidos, tampoco. Todos ellos va a luchar por estar a la vanguardia de la tecnología del torio y de las centrales de IV generación. Hay que empezar a apostar por una política europea con una estrategia en energía nuclear. Si la gente no acepta tener apagones, hay que plantearse las centrales nucleares como una cuestión de Estado, o Europa acabará comprando centrales de nueva tecnología llave en mano”.

Además de no generar CO2, añadió Casajús, “las centrales nucleares, por ser máquinas de gran inercia, son la única opción técnica que permite una penetración masiva de energías renovables en el sistema, sin perturbar su estabilidad”.

¿Y qué hacer con los residuos nucleares?

El profesor Lozano rechazó la propuesta de clausurar el almacén temporal centralizado (ATC), que plantea Podemos, con un tajante: “¿Y qué hace con los residuos?”. “La opción razonable es estudiar cómo se pueden aprovechar los residuos nucleares, pero nadie habla de reprocesar el combustible usado”.

En opinión del profesor Lozano, “cuando se mezcla tecnología con ideología y cuando las propuestas técnicas no se sustentan en principios sólidos, no hay coherencia posible”. Hay que cambiar el mix energético actual, dijo, porque el futuro es, en parte, de las renovables, pero para conseguirlo tiene que haber una estrategia energética europea con un desarrollo de las renovables basado en la investigación, y no en la subvención. La necesaria desaparición de los combustibles fósiles requiere, según Lozano, que la energía nuclear y las renovables se complementen, con unas centrales avanzadas basadas en la IV generación y en el uso de combustibles como el torio, mucho más abundante que el uranio y que no genera plutonio. Pero, para llegar a esa tecnología, por la que han apostado países emergentes y los estadounidenses, hay que investigar, y no, como nos está ocurriendo ahora a los europeos, correr el riesgo de perder el conocimiento que ya tenemos, agregó Lozano.

Álvarez calificó de fundamentalista la prohibición del fracking que mantienen PSOE, Ciudadanos y Podemos. “Estos partidos no tienen en cuenta la realidad internacional, las nuevas tecnologías ni la falta de competitividad que tenemos en España e, incluso, en la UE, donde se está pagando el gas más caro que en los Estados Unidos. Lo que hacen los partidos es ceder al fundamentalismo de los ecologistas”. En su opinión, España podría tener reservas de gas para 60 años con el fracking, que es una técnica minera consolidada, pero no se permite hacer las exploraciones necesarias. Según Álvarez, las minas de carbón asturianas se podrían reconvertir para sacar gas que sería una fuente de energía importante para la zona, además de mantener puestos de trabajo, “pero se ha demonizado esta tecnología”.

Respecto al impulso del coche eléctrico, que proponen PSOE y Ciudadanos, Casajús manifestó que “el problema aquí es saber cuándo será completamente efectivo este tipo de vehículo. Hoy, su encaje en el sistema eléctrico es casi imposible, porque habría que rehacer la red eléctrica a escala nacional y rediseñar las ciudades”. Para llevar la cuestión al plano real, agregó que “la previsión era que en España habría 120.000 coches eléctricos en 2014, cuando la realidad es que hay 3.500”.

En cuanto a establecer una fiscalidad que desincentive el uso de energías contaminantes, como incluyen en sus programas el PSOE y Podemos, la conclusión es que, desde una perspectiva técnica, no es coherente porque, además de aumentar los impuestos sobre la biomasa, aplicarlos a las centrales convencionales provocaría que nadie quisiera invertir en ellas, aunque son inevitables para garantizar la estabilidad del sistema y dar respaldo a las renovables.

En definitiva, los expertos apuntaron que para descarbonizar la energía es preciso trazar una pinza entre las centrales nucleares y las fuentes energéticas renovables, lo que supone decidir unas líneas de I+D+i razonables sobre la base de una estrategia europea, a la que contribuya España.

Los cuatro especialistas coincidieron también en la necesidad de crear un Ministerio de Energía y Medio Ambiente, como ya tienen otros países de la UE, para diseñar una política energética coherente y lo menos contaminante posible.