Celestino Rey-Joly ingresa en la Sección de Medicina de la Real Academia de Doctores de España

El prestigioso internista es miembro de número de la Real Academia de Medicina de Cataluña

Celestino Rey-Joly ingresa en la Sección de Medicina de la Real Academia de Doctores de España

Celestino Rey-Joly Barroso, catedrático numerario de Medicina de la Universidad Autónoma de Barcelona y miembro numerario de la Real Academia de Medicina de Cataluña, ha tomado posesión como miembro de número de la Real Academia de Doctores de España (RADE), en un acto presidido por el titular de esta corporación, Jesús Álvarez Fernández-Represa.

El nuevo académico, que ocupa la medalla número 44 de la Sección de Medicina, es un reputado especialista en medicina interna, endocrinología y nutrición, e investigador en diferentes proyectos relacionados con su especialidad, ha sido jefe del Servicio de Medicina Interna en Barcelona, durante 13 años y, nueve, director de la Unidad de Lípidos Clinicoexperimental, así como creador y promotor de diversas unidades funcionales asistenciales relacionadas con medicina interna, geriatría de agudos, drogadicción y desintoxicación, VIH, medicina vascular, enfermedades infecciosas, lípidos, insuficiencia cardiaca y ortogeratría.

Humanismo médico

El doctor Rey-Joly centró su discurso de ingreso, titulado Medicina Clínica y las humanidades médicas durante el siglo XX, en su especial vinculación a la revista Medicina Clínica durante más de 40 años, de la que llegó a ser director, no sin antes manifestar que no sabe reconocer un único determinante cuando eligió Cataluña como destino y no la otra escuela de tan alto prestigio, formadora de internistas, que entonces existía en España: la del doctor Carlos Jiménez Díaz. Quizás fuera la lectura del octavo canto de La Atlántida, de Jacinto Verdaguer, que figura junto al viejo drago en el patio de la Facultad de Medicina de Cádiz; o la influencia de sus profesores, en número nada despreciable, oriundos de su segunda tierra que tantas satisfacciones le ha proporcionado; o el impacto gratificante que le produjo conocer y utilizar la ingente obra de medicina interna dirigida por el profesor Agustín Pedro Pons.

Desgranó Rey-Joly fechas destacables, detalles significativos, contenidos, firmas reconocidas y responsables de Medicina Clínica, la publicación de su área mejor considerada en lengua española, cuyo factor de impacto llegó a 1.417 en 2014. Analizó la presencia de las humanidades médicas en sus páginas que, de estar incluidas en una sección específica desde la fundación de la revista, en 1943, hasta 1969, han continuado apareciendo en sus números, con una intensidad claramente menor, recogidas en otras secciones. De las humanidades médicas, entendidas como el cultivo de expresiones artísticas, señaló Rey-Joly, “se pasa al humanismo médico real, a la influencia de la sociología en el ejercicio profesional, al papel fundamental de la ética-biomédica para el desarrollo idóneo de la relación médico-paciente, al comportamiento humanístico de algunos profesionales que acuden a desarrollar su labor en países subdesarrollados o a la visión que desde el hospital o desde el otro lado de la mesa del despacho tiene el paciente de nuestra labor”.

Todos esos aspectos, que con pleno convencimiento defiende Rey-Joly, “son de capital importancia para cumplir con los criterios ideales que deben regir cualquier acto médico: humanismo, empatía y competencia técnica en el propio arte”. El recipiendario terminó preguntándose si podrá volver Medicina Clínica a incorporar con asiduidad artículos serios y meditados alejados del saber científico, y dejó la respuesta deja en manos del futuro.

Investigador acreditado

En su contestación al discurso de su nuevo compañero de la Sección de Medicina, el doctor Antonio Bascones Martínez destacó, entre otras cosas, la trayectoria científica de Rey-Joly, iniciada en 1965 con la obtención de la licenciatura en Medicina y Ci¡rugía en la Universidad de Cádiz; su doctorado en la de Barcelona, y poco después su Reserch Fellow in Oncology en el Rhode Island Hospital, en Providence (Estados Unidos). En 1968 obtuvo el título de especialista en medicina interna y, en 1980, el de endocrinología y nutrición, además de hacer más de 30 cursos de formación en investigación, innovación docente y gestión universitaria y hospitalaria.

Recorrió todos los escalones de la carrera universitaria hasta ser catedrático de medicina en la Autónoma de Barcelona, en 1983. De su actividad investigadora, reflejó Bascones Martínez la dirección de 17 tesis doctorales, 36 capítulos en libros, además de otros libros y monografías, más de 240 publicaciones de alto impacto, y más de 250 comunicaciones a congresos, 53 conferencias y 16 ponencias. Todo lo cual le acredita seis sexenios de investigación, máximo alcanzable para un profesor universitario.

Agregó Bascones la cruz de oro de la Fundación Española de Fomento Europeo y la condición de miembro de la ANECA a los méritos del recipiendario, así como su larga y fecunda labor en Medicina Clínica.